Boda en plena pandemia

by

Fotografía: Click 10.
Vestido: Valenzuela.

Nuestra boda no ha sido una boda normal, ni nuestros nervios han sido los típicos previos al día.
Realmente todo empezó como una boda normal. Toda la organización la empezamos más o menos con un año y medio de antelación y fuimos organizando “lo típico”… la iglesia, la finca (Soto de Cerrolen)…
En Marzo se paralizó todo y por supuesto nuestra organización de la boda también, aunque teníamos todavía tiempo de sobra (nos casamos el 10 de octubre). La verdad es que realmente pensaba que no nos iba a afectar, teníamos por delante 6 meses que eran tiempo suficiente para que todo esto se hubiera resuelto…
Fuimos terminando de organizar lo que quedaba, aunque los verdaderos nervios empezaron 2 semanas antes de la boda.
Yo supongo que todas las novias se ponen nerviosas antes de su boda por unas cosas o por otras, pero yo mas que nervios, tenia una incertidumbre terrible.
Las dos semanas anteriores a nuestra boda el Gobierno y la Comunidad de Madrid empezó a pelearse por las medidas que debían adoptarse en Madrid, y para nosotros empezó el caos. Un día no iba a pasar nada y al día siguiente no nos íbamos a poder casar.
Ocho días antes de la boda nos dicen que no vamos a poder casarnos en la iglesia que teníamos reservada desde hacía más de un año, y que gran parte de nuestros invitados no van a poder asistir. Tuvimos que ir al Obispado a cambiar el lugar de la ceremonia y cuando llegamos ahí habían perdido mi expediente… esa mañana la voy a recordar toda mi vida. Después de recorrerme Madrid entero (el cual tenía varias zonas confinadas) conseguimos solucionarlo. En cuanto solucionamos esto, a los dos días, el Tribunal de Justicia dice que las medidas de confinamiento se anulan. En consecuencia empieza a llamarnos todo el mundo a decirnos que si pueden venir a la boda. Volvimos a organizar las mesas por segunda vez, y a la mañana siguiente el Gobierno decreta el Estado de Alarma. De nuevo la mitad de los invitados no pueden asistir. Quedaban menos de 24 horas y todo volvía a cambiar.
Ahí decidimos que las mesas se quedaban como estaban.
No fue una boda normal, nuestro drama no era por las flores ni por donde sentar a la gente, sino de si podíamos casarnos. A pesar de todo lo peleamos hasta el final y hoy no puedo estar más orgullosa y feliz de haberlo hecho. A pesar de las restricciones y el estado de alarma tuvimos un día precioso y súper especial, nuestros invitados nos dieron la vida durante todo el día animando y cantando.
Fue el día más bonito de mi vida.

Supongo que otras novias cuentan de donde fue su vestido o las flores, pero nuestra boda sobretodo se ha marcado por lo mucho que nos ha costado casarnos y no tanto por como lo hemos celebrado, y nos hemos dado cuenta de que antes de todo esto le estábamos dando más importancia a cómo celebrarlo que al hecho de casarnos.
Espero que esto pueda ayudaros durante el tiempo que organicéis vuestra boda y en algún momento penséis que algo está saliendo mal, porque en nuestra boda si algo podía salir mal salió, y aún así tuvimos un día increíble.

No tags 0

No Comments Yet.

What do you think?

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *