La boda de Sofía: Por delante una vida entera juntos

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Para nosotras las mujeres, el día de nuestra boda es algo que ocupa mucho tiempo en nuestra mente.

Prácticamente desde que tenemos uso de razón y, por supuesto, mucho antes de saber quién va a ser la persona con la que darás el gran paso. En mi caso fue así, y desde la adolescencia soñaba con cómo sería mi día. El vestido perfecto, el maquillaje perfecto (por lo menos a mí, que me encanta arreglarme…), los zapatos perfectos, la fiesta perfecta y, por supuesto… ¡El marido perfecto!

Es curioso cómo, cuando al fin llega el momento, después de la mitad de nuestra vida pensando cómo será este día, el tiempo pasa tan rápido que prácticamente se nos escapa de las manos y las 24 horas del día se nos quedan no cortas, cortísimas, porque no queremos que termine nunca.

Maquillajes utilizados Yves Saint Laurent

Camisón y bata de Broken Basics Barcelona

La realidad es que, con todo el ajetreo, parece que no nos da tiempo a detenernos en cada paso que damos, o al menos no tanto como nos gustaría. En mi caso, tenía la esperanza de que este día quedase grabado en mi retina para siempre, y lo más nítido posible. Y me esforcé al máximo para que fuera así.

Hoy puedo decir, ya pasados unos meses, que la sensación que tengo cuando me acuerdo de mi boda es realmente maravillosa. Pero, sobre todo, puedo decir que cuando el día pasa y amaneces llena de felicidad por lo que acaba de ocurrir, pero llena de nostalgia porque ya pasó lo que llevabas tanto tiempo esperando, en tu mente queda lo mejor: los detalles.

Cabello trabajado con Ghd

Y en ellos quiero hacer hincapié. En mi recuerdo queda el cariño de mi familia, de mi padre, Marisa y mis tres hermanos pequeños, a los que adoro (¡y a los que ahora me toca echar de menos por la dichosa cuarentena!). Quedan las risas y las historias durante los preparativos, aunque tenemos prisa, porque llegamos tarde… ¡La historia de siempre! (En el fondo el día de tu boda no es tan distinto en este sentido)

¡Mil veces gracias a Mayte por participar en el delicado momento en el que prepararse fuera apacible. También gracias por dar al 100% con la imagen que buscaba. En la memoria quedan los miles de minutos que pasamos repasando redes y revistas buscando aquello que más nos inspira.

Quedan las horas delante del espejo de Navascués, observando cada detalle, porque no se nos puede escapar nada. Queda el cariño de nuestros invitados, que nos lo demuestran como nunca disfrutando al máximo de una fiesta inigualable. Queda la diversión que sentimos tanto mi marido como yo, rodeados de nuestros seres queridos. Y, sobre todo, queda una vida entera por delante juntos, que es la esencia y la verdad detrás de toda esta maravillosa fiesta.

Finca Las Tenadas

Ramo: Elena Suarez & Co

¡Muchísimas gracias a ti Sofia, un fuerte abrazo!

Fotografías: Liven

 

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